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lunes, 1 de julio de 2019

Cada cabeza es un mundo.


Sabemos que no hay un solo método para aprender una lengua, y esto, lo constatamos al  preguntarnos, qué lengua hablábamos, como la habíamos aprendido y los métodos utilizados por los profesores.

Ángel, nos envolvió en la metodología, haciéndonos un breve repaso de los métodos a lo largo de la historia. Desde un silabario, hasta un diálogo que nos llevan a casos de la vida real, por ejemplo: una visita a una tienda o a una panadería.
 También nos explicaba que,  en algunos métodos tradicionales, la gramática, aunque pareciera que no estaba explícita, era lo que justificaba el diálogo. No eran diálogos naturales. Diálogos que no iban más allá del texto, que no permitían crear un discurso real, ignorando el componente pragmático y funcional.


La readaptación de la teoría de la lengua, hasta nuestros días, nos muestran que, solo la teoría de la lengua de Glasersfeld y Ausubel, es la más oportuna, ya que incluye una enseñanza basada en el alumno, implicándolo y motivándolo. 

Método comunicativo
Los métodos que se basan en esta corriente dan prioridades al trabajo en grupo, con situaciones reales de comunicación. Desarrollando autonomía, con la aplicación del aprendizaje por tareas. Donde el profesor es el facilitador, analiza todas las necesidades de los alumnos, Incluye materiales variados adaptados al nivel y lo más importante crea vínculos afectivos con sus alumnos. 
Sí, estoy de acuerdo con toda esta revolución y evolución de las teorías sobre la lengua y las teorías sobre el  aprendizaje, pero hay un adagio que dice: "cada cabeza es un mundo". A lo mejor, métodos que consideramos obsoletos, resultan efectivos para determinadas personas. Comparto la idea de George Evans, quien dijo que: "Todos los estudiantes pueden aprender, pero no el mismo día, ni de la misma manera". 
¿Por qué tener la creencia de que un método puede ser eficaz para todos, cuando somos tan diferentes?
Ahora tengo un arroz con mango en mi cabeza, ja, ja, ja (la expresión arroz con mango, quiere decir confusión, desorden, caos). 😵  







2 comentarios:

  1. ¡Ese desorden es el magma de la creatividad!
    Y no me parece nada desordenado todo lo que nos cuentas. Haces un buen resumen de las teorías examinadas en la sesión y terminas con una duda metódica muy justificada. En efecto, hay estudiantes que se sienten muy cómodos haciendo actividades de transformación y traducción, y algo aprenden con ello, pero recuerda también que aprender es abandonar la orilla de lo que ya sabemos para lanzarse a un mar de posibilidades…
    Gracias por tus reflexiones.
    Y por cierto, me gusta mucho tu imagen-metáfora de los ingredientes en el método comunicativo.

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